viernes, 18 de julio de 2014

La temeridad del indeseado


Nunca, quizás sea esta la primera vez (o no) que después de encontrar un brillante título le acompañe un más brillante texto.
Llamémosle manías del que escribe, pero desde que lo hago y cuando vuelve a pasar me resulta evidente que el título es lo de menos. En la reciente presentación del poemario lo dije, ya que algunas de las poesías (Primavera I y Primavera II) que incorporé respondían al mismo título y a un muy diferente texto. Puede parecer estúpido, incluso escuché risas cuando lo comenté en la presentación. Pero rara vez le doy importancia al título del texto. Aunque no es una norma.. mas una manía.
El proceso de escritura que llevo acabo parte de un sentimiento, una anécdota o un estado de ánimo en particular. Una vez procesado repetidas veces en mi mente, de repente brota una palabra, una frase o una imagen. Y es ella quien guía o narra el cuerpo del texto. Todo lo demás es completamente secundario. Las correcciones, el ajuste, las palabras etc.
Supongo que el día, si es que llega, que un cierto número de gente lea aquello que escribo, quizás las palabras subsiguientes respondan diferente al mismo estímulo, aunque particularmente espero que no. Quiero seguir siendo lo más “puro” a aquello que brota de mis vivencias y que el lector en última instancia pueda notarlo.
¿Ven? ¿Se dan cuenta? He aquí un ejemplo de texto totalmente desconexo con el encabezado.
Hace años que empecé a publicar con otro blog en esta misma plataforma (Blogger) y la verdad es que no sé porqué he vuelto aquí. Veo en el escribir una necesidad vital, pero no un llegar o un descanso (break) ha todo este proceso mental.
Dudo que sea de interés, pero me gustaría recalcar un detalle. Después de mucho tiempo (meses) he vuelto a coger con ganas un libro. En particular por Tokio Blues de Haruki Murakami. Este escritor me ha recordado mis años de infancia cuando devoraba los libros, cuando quería saber que se escondía fuera de aquellas paredes en las que estaba “encerrado”. Quería saber cómo era el mundo. Pues ahora bien, por una razón u otra he vuelto a los orígenes, he vuelto al pueblo donde me crié y parece cómo si hubiese apretado el botón de reinicio y la máquina estuviera en proceso de ponerse en marcha una vez más. Cosas de la vida.. volver a los inicios, con la maleta cargada de experiencias, con un libro escrito y una vida ya no tan larga por delante.

El título decía así: La temeridad del indeseado.. y bien aquí estoy, volviendo a ser temerario, volviendo a donde se supone que uno no vuelve y que por cierto me había jurado y perjurado nunca volver más. Esa fue mi dolencia, la temeridad de abandonarlo todo para correr detrás de un sueño, un lugar, una persona. Nunca tuve miedo a correr tras ellos.
Un texto más en el baúl este, que llamo blog. Por el momento algunos pasáis y leéis, espero, que aunque imperfecta, la lectura se pueda considerar amena.
Un saludo a tod@s y buen fin de semana, os veo el lunes entre las mismas paredes.
Con cariño.
[am]

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