Nunca, quizás sea esta la primera vez (o no) que después de
encontrar un brillante título le acompañe un más brillante texto.
Llamémosle manías del que escribe, pero desde que lo hago y
cuando vuelve a pasar me resulta evidente que el título es lo de
menos. En la reciente presentación del poemario lo dije, ya que algunas de las
poesías (Primavera I y Primavera II) que incorporé respondían al mismo título y
a un muy diferente texto. Puede parecer estúpido, incluso escuché risas cuando
lo comenté en la presentación. Pero rara vez le doy importancia al título del
texto. Aunque no es una norma.. mas una manía.
El proceso de escritura que llevo acabo parte de un
sentimiento, una anécdota o un estado de ánimo en particular. Una vez procesado
repetidas veces en mi mente, de repente brota una palabra, una frase o una
imagen. Y es ella quien guía o narra el cuerpo del texto. Todo lo demás es
completamente secundario. Las correcciones, el ajuste, las palabras etc.
Supongo que el día, si es que llega, que un cierto número de
gente lea aquello que escribo, quizás las palabras subsiguientes respondan
diferente al mismo estímulo, aunque particularmente espero que no. Quiero
seguir siendo lo más “puro” a aquello que brota de mis vivencias y que el
lector en última instancia pueda notarlo.
¿Ven? ¿Se dan cuenta? He aquí un ejemplo de texto totalmente
desconexo con el encabezado.
Hace años que empecé a publicar con otro blog en esta misma
plataforma (Blogger) y la verdad es que no sé porqué he vuelto aquí. Veo en el
escribir una necesidad vital, pero no un llegar o un descanso (break) ha todo
este proceso mental.
Dudo que sea de interés, pero me gustaría recalcar un
detalle. Después de mucho tiempo (meses) he vuelto a coger con ganas un libro.
En particular por Tokio Blues de Haruki Murakami. Este escritor me ha recordado
mis años de infancia cuando devoraba los libros, cuando quería saber que se
escondía fuera de aquellas paredes en las que estaba “encerrado”. Quería saber
cómo era el mundo. Pues ahora bien, por una razón u otra he vuelto a los orígenes,
he vuelto al pueblo donde me crié y parece cómo si hubiese apretado el botón de
reinicio y la máquina estuviera en proceso de ponerse en marcha una vez más.
Cosas de la vida.. volver a los inicios, con la maleta cargada de experiencias,
con un libro escrito y una vida ya no tan larga por delante.
El título decía así: La temeridad del indeseado.. y bien aquí
estoy, volviendo a ser temerario, volviendo a donde se supone que uno no vuelve
y que por cierto me había jurado y perjurado nunca volver más. Esa fue mi
dolencia, la temeridad de abandonarlo todo para correr detrás de un sueño, un
lugar, una persona. Nunca tuve miedo a correr tras ellos.
Un texto más en el baúl este, que llamo blog. Por el momento
algunos pasáis y leéis, espero, que aunque imperfecta, la lectura se pueda
considerar amena.
Un saludo a tod@s y buen fin de semana, os veo el lunes
entre las mismas paredes.
Con cariño.
[am]
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