La
curiosidad que mató a este gato, se esfumó al primer trazo de poesía. Las
verdades que se vomitaron fueron mágicas abominaciones tiernos infiernos, que
perduran en la memoria colectiva. Se caen las fauces de lo aprendido, se esfuma
la nostalgia, se despide Benedetti y de muerte desaparece la magia. Mágica
composición de curiosidades, que dejó a este gato muerto. Muerto porque se
derrite por tus huesos, muerto porque le pesan las nostalgias de demasiada
muertes enlatadas y la corrosiva lata le llama muerte a la muerte, muerte que
me trae sin cuidado, que revisa en nuestra cama. Grita la guitarra y este gato
muerto, le queda 1/2 vida desparramada, entre los neumáticos de cualquier
perro, que a sus nostalgias le llama. No grites muerte gato, no grites rabia.
Benedetti, Rimbaud, Lorca todos muertos.. Pero sus rimas aún se derraman y el
gato muerto sigue alentando a sus penas, el alcohol de una vida trampa.
Gatos muertos escribieron esta maldita carta, a la noche desalmada.
Gatos muertos escribieron esta maldita carta, a la noche desalmada.
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