Cuando la
aguja penetre
(sin
dificultad)
bajo la
tela que nos repara/desgarra
la
felicidad será inyectada
con altas
dosis de veneno
saltaremos
de alegría
en una
ciudad, que ahora nos celebra
bajo puentes,
donde mueren sueños
en
alcantarillas, donde yacen las almas no nacidas.
La sangre,
que llevará la felicidad inyectada en ella
no discernirá
entre fantasía y realidad
seremos
los héroes del momento
seremos
las hogueras de San Juan.
Para cuando la mañana
amanezca
descubrirá un
suelo lleno de pavesas
elevadas
en la noche,
y que
ahora, el olvido barrerá.
Por Alex
Madueño [am]
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